¿Identidad o identidades digitales?
Todos nos hemos googleado en algún momento en busca de …
¿nosotros mismos?
No creo.
Se trata más bien de buscar
el rastro que vamos dejando a nuestro paso por Internet. La marca en ese caso
es difícil de borrar y está al alcance de muchos… de casi todo el mundo.
¿Miedo, entonces, al qué
dirán?
Un cierto resquemor, sí…
Nosotros estamos, como
docentes - más que otros, pues somos ejemplos, modelos… -, expuestos a las
miradas de alumnos curiosos, de padres deseosos de saber en manos de quién
están sus hijos, de azares… que malinterpretan comentarios, imágenes o gustos.
A mí me da la impresión de que
no sale mucho al teclear mi nombre en google,
quizá he sabido esconderme y separar mis diferentes identidades: que mi perfil
en facebook no se cruce con el JoseJ que se dedica a la enseñanza, que
tiene pasión por ella. Aunque sean la misma persona, entiendo que no tiene por
qué confundirse, ¿por qué tenemos que tener una sola identidad?
En la “Guía para usuarios: identidad digital y reputación online” del Inteco se dice que “Las
personas físicas utilizan diferentes identidades parciales en función de los
diferentes roles y actividades que desarrollan a lo largo de su existencia
online”, todas ellas conforman nuestra identidad digital…
Claro que hay puntos en los
que se cruzan, en los que se mezclan, pero el espacio que hay entre la
identidad mestiza que hemos ido
creando y la reputación que tenemos en la Red no sólo depende de nosotros…
estamos, por ejemplo, en manos de lo que terceros publican sobre nosotros o de
los comentarios que éstos hagan. En el diario El País, he
podido encontrar esta afirmación:
"Ningún ciudadano que no goce de la condición de personaje público ni
sea objeto de un hecho de relevancia pública tiene que resignarse a que sus
datos personales circulen en la Red".
Pues eso, no olvidemos que está
en nuestras manos como se puede ver en las Recomendaciones a usuarios de Internet de la AGPD:
·
Disponer de un
perfil registrado en el que no se publique información excesiva de su vida
personal y familiar, así como recurrir al uso de seudónimos o nicks personales
permitiéndoles disponer así de una “identidad digital”.
·
Tener especial
cuidado al publicar contenidos audiovisuales y gráficos en sus perfiles,
especialmente si se van a alojar imágenes relativas a terceras personas.
·
No etiquete contenidos
audiovisuales con la identidad real de sus protagonistas ni ofrezca datos de
terceros en su espacio sin su consentimiento.
·
Revisar y leer
las condiciones generales de uso y la política de privacidad de la red social
en el momento de registrarse.
·
Ejercer sus
derechos de acceso a los datos que utilice el portal y el derecho de
cancelación, o el de cancelar la suscripción cuando se verifiquen cambios en
las condiciones legales y políticas de privacidad con los que no se esté de
acuerdo.
·
Configurar adecuadamente
el grado de privacidad del perfil de usuario en la red social, optando por el
que resulte más conveniente.
·
Aceptar
únicamente a aquellas personas conocidas o con las que se mantiene alguna
relación previa y no publicar en el perfil información de contacto que permita
ubicarnos físicamente.
·
Emplear
diferentes nombres de usuario y contraseñas para entrar en las distintas redes
sociales.
·
Utilizar
contraseñas de ocho caracteres o más utilizando tanto letras como números,
mayúsculas y minúsculas, así como tener un buen sistema antivirus debidamente
actualizado.
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