lundi 2 décembre 2013

Communiquer dans tous les sens: Reflexión sobre los Planes de Comunicación externa en los centros

 
Antes de empezar a escribir sobre la conveniencia y la utilidad de un Plan de comunicación externo para un centro escolar, busco la definición que da el DRAE de la palabra “comunicar”, la he leído varias veces… y no puedo más que reconocer que es lo mínimo que se le puede exigir a cualquier institución y mucho más a un colegio…

¿Comunicar? Es lo que hacemos los docentes – “hacer a otros partícipes de lo que tenemos”, de lo que sabemos – y es lo que los padres esperamos de los coles en los que estudian nuestros hijos – que les descubran cosas, y que a nosotros nos informen de lo que hacen, de sus progresos, ...

Y creo que así lo hacemos en el centro donde yo trabajo y de la misma manera veo que lo hacen en el cole adonde va mi hija. Existe una comunicación a través de páginas web, de plataforma educativa, de cuenta de twitter, incluso de un sistema de envío de sms que viene muy bien para aquellos que no se han lanzado todavía al mundo de las RRSS o que no tienen manera de conectarse a Internet a menudo.

Lo que echo en falta en los dos casos que me tocan de cerca es la tercera entrada en el diccionario:

Comunicar
3. tr. Conversar, tratar con alguien de palabra o por escrito.

Me explico: por ahora, en los casos que yo conozco, esto se limita a un uso de las nuevas tecnologías exclusivamente informativo – unidireccional – y queda pendiente crear gracias a ellas un espacio de intercambio tanto con alumnos y familias como con otros docentes, con otros centros e, incluso, con la administración educativa (bueno, para este campo hay otros canales de comunicación).

Tengo la impresión de que aquí, como en otros muchos aspectos, hay un gran espacio de mejora en nuestra práctica, un saber sacarle mayor partido a  estos nuevos medios de comunicación.

¿Ventajas? Se me ocurren, por ejemplo, el intercambio de recursos con otros docentes del mismo centro o de otro distinto, la posibilidad de motivar más a padres y alumnos a hacer escuela, la facilidad de recibir reacciones y comentarios tras actividades en clase o fuera de ella, la recepción directa de las propuestas de los padres, los debates sobre la vida en los centros, incluso la posibilidad de realizar intercambios lingüísticos que más tarde se concreten en intercambios tradicionales… Son numerosas – las presento, me temo, un tanto desordenadas –, pero creo que se resumen en una sola: mejorar nuestra labor, mejorar el aprendizaje.

Sin embargo, peco sin duda de negativo, tengo que reconocer que una duda que me asalta es si con un plan generalizado de comunicación no corremos el riesgo de saturar a los diferentes públicos de dicho plan. En francés se dice “trop d’info tue l‘info” y desde mi perspectiva de padre con hijos en edad escolar y de docente, temo que un exceso de espacios de información y de intercambio no sean contraproducente, es decir, que alumnos y padres abandonen esos escenarios porque no sacan tiempo para tanto y los profes no sepan gestionar ese volumen tan grande de datos.



¿El flujo incesante de noticias en Internet nos está volviendo lectores pasivos, incapaces de utilizar efectivamente la información en nuestro favor?
http://fahrenheit2012.wordpress.com/2013/05/07/exceso-de-informacion-sobre-el-consumo-de-noticias-y-el-letargo-del-pensamiento/

Tanto para el profesor como para el centro, estoy seguro de que los beneficios son mayores, que un plan de comunicación externa facilita la creación de espacios desde los que informar y en los que es posible recibir los ecos de alumnos y familias, y además se abren ventanas a otros centros, a otras instituciones y, …  ¿por qué no?, a la administración.

Y las familias y el alumnado pueden disfrutar de la posibilidad de formar parte de la comunidad educativa de una manera más directa, interactuar en la medida en que son los destinatarios de ese trabajo y aprovechar los medios para sacarle provecho fuera del ámbito escolar, para aplicar por sí mismos lo aprendido. Así se implicarían más en dicha tarea.

Y es que, valga de ejemplo, recientemente en mi Escuela se han celebrado elecciones para elegir a los representantes de los alumnos en el Consejo Escolar y sólo se han cubierto cuatro de las seis plazas disponibles o, también, que no se realicen más reuniones de delegados. Curioso.

A lo mejor es normal en un centro de trabajo como el mío, una Escuela de Idiomas, en la que las familias no tienen una presencia clara, pero los alumnos sí y tanto más en cuanto que suelen cursar varios idiomas al mismo tiempo o de manera sucesiva…

Ellos deberían ser los destinatarios de nuestro plan junto a los docentes y al centro, que actuarían como dinamizadores. Pero habría que contar además con los antiguos alumnos, los antiguos docentes, otras escuelas de idiomas, otros centros en los que se imparten enseñanzas de idiomas (como el CUID, se me ocurre) o no, el Ayuntamiento de la localidad, asociaciones de profesores de idiomas o de alumnos, el servicio de Plurilingüismo de la consejería,… Un amplio abanico de gentes e instituciones que pueden ayudarnos a mejorar nuestra labor.

En cuanto a los canales elegidos para llevarlo a cabo, dependería de cada uno de los públicos:

- para dar información general, creo que están bien los canales que hasta ahora veo que se utilizan: twitter, página web, plataforma educativa, sistema de envío de sms… permiten llegar a todos los públicos. Los diferentes departamentos, en el caso de las Escuelas de Idiomas, podrían informar y compartir documentos y enlaces a través de Google drive y de un blog relacionado directamente con una cuenta de twitter y otra de Diigo.

- para el trabajo por idiomas, el blog de nuevo, una plataforma Moodle, un grupo privado de Facebook o Pinterest serían herramientas interesantes para llevar a cabo actividades variadas. Pero creo que incluso se podría fomentar el uso de Skype o de whatsapp para favorecer los intercambios entre alumnos propios y otros de países donde se hable el idioma que estudian.

- para relacionarse con otros contactos – otros centros, otras instituciones, otros docentes y antiguos alumnos – tanto la cuenta de Twitter como Diigo y Pinterest, y Google Drive serían escenarios privilegiados en los que intercambiar opiniones, documentos, enlaces y darían la posibilidad de crear espacios de trabajo colectivo.

Con una combinación bien estudiada de espacios públicos y espacios cerrados se conseguiría sacarle el jugo a estos medios sin verse excesivamente expuesto y preservando, en todos los casos, la privacidad de cada cual.

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